lunes, 3 de diciembre de 2012

Desolada

Ahi en la orilla pasa los dias sola, mirando la vida pasar...
Sola en la orilla sigue la misma rutina, esas mañanas brillantes, dolientes; las tardes cálidas  áridas y sofocantes, las noches frías y desoladas... en su mirada se ve el vació del espacio, la falta de esencia, un alma desterrada de un cuerpo que parece no tener vida... canta sin ser escuchada, baila sin ser apreciada.
Ni los celos o la envidia de las sirenas y las brujas la hacen sentir mejor. Esta sola, esa es la verdad... no va en busca de aquel centauro que pasa todas las tardes mirándola desde lo alto de las colinas de fuego, pues aunque indomable caballero de carácter salvaje y animal, no es lo que ella espera, no es diferente, no marca la diferencia ante el resto de los seres, aun las ninfas que viven ahí cerca parecen mas interesadas en aquel centauro que no tiene nada mas para cortejar que su instinto animal...
Los días son largos, las noches eternas... en cada respiro quiere morir y todo para darse cuanta de que a cada respiro sigue mas viva, quiere escapar pero no sabe a donde, a los prados de las hadas, al inmenso océano con las sirenas o adentrarse en el bosque con los gnomos y los faunos que son caprichosos... tal vez el infierno sea la mejor opción.
¡ Ahí!, esta sola esperando a que la muerte la encuentre.

1 comentario:

Lo que la brisa y el viento dicen